#ElPerúQueQueremos

www.celag.orG

ELECCIONES CONGRESALES 2020

¿QUIÉN DIJO QUE SERÍA DISTINTO? 

Publicado: 2020-01-22

A menos de una semana de los comicios electorales complementarios, para la conformación del nuevo Congreso de la República –luego que se contaran cuatro meses desde el cese de funciones de nuestra variopinta clase parlamentaria–, los resultados que arrojan las encuestadoras con mayor marco de referencia –ojo que no decimos con ello que creamos en su total transparencia, más aún cuando han demostrado en un sinfín de oportunidades, ser nada menos que máquinas de manipulación ciudadana vendidas al mejor postor– no son los más alentadores, tomando en consideración los motivos que llevaron al titular del Ejecutivo, asumir la difícil decisión de cerrar ‘constitucionalmente’[1] el Congreso. 

El escenario ad portas de la disolución del Legislativo era de tensión constante; la ciudadanía expresaba su descontento cuasi pleno respecto de la mayoría parlamentaria –que fungía como oposición recalcitrante del oficialismo–, así lo evidenció durante largos meses, en los cuales se avivó la consigna: “Presidente, cierre el Congreso”, pero también hubieron sectores que pretendían ir más allá, cuando en actos abiertos pedían resueltamente: “que se vayan todos”.

Pero no es que los resultados que exhiben las encuestadoras más ‘prestigiosas’ del país –a una semana de las elecciones extraordinarias– sean simple y llanamente poco o nada alentadores, lo realmente preocupante del asunto es la consumada paradoja que reviste al elector peruano promedio –con las excepciones del caso, que por el momento lo constituyen poco más del 40% de ciudadanos que en estas elecciones se decantan por el voto blanco o viciado– que de acuerdo con el cifrado expuesto por Ipsos, tendrían como partidos favoritos a Acción Popular con un 8.4%, seguido de Fuerza Popular con un 6.3%, en empate técnico con el Partido Morado con 6.2%, que supera por poco margen a Alianza para el Progreso, con su consolidado 5.6%.

Y consideramos como paradójico el panorama que nos pinta las próximas elecciones parlamentarias, en tanto que si bien el cierre del Congreso se debe a un hecho puntual como la negación fáctica de la cuestión de confianza planteada por el presidente del Consejo de Ministros, la tensión entre Ejecutivo y Legislativo tuvo su origen en las canteras naranjas, que no perdonaron la derrota de su lideresa Fujimori, ahora investigada por una serie de delitos, entre los que se cuentan el de lavado de activos. En sencillas palabras, la población hizo coro por el cierre del Congreso, porque se encontraba asqueada de la clase parlamentaria que nos representaba, propiamente una mayoría fujimorista que había caído en la intransigencia casi absoluta, que en la medida de sus posibilidades, no dejaba hacer ni deshacer al Ejecutivo; y sin embargo, por la lectura que nos dan las encuestadoras, Fuerza Popular continúa encabezando las preferencias entre el electorado.

Es sintomático que la población hasta no hace más de seis meses haya evaluado al Congreso cesado en sus funciones, como el peor de nuestra historia republicana –estimación atrevida e hilarante, considerando la desaprobación histórica del peruano por su Parlamento (casi siempre es lo mismo, con sus marcadas particularidades; supongo que por ello hay quienes sostienen que el peruano sufre de un cuadro severo de amnesia política)–, pero a días de celebrarse la contienda electoral para la dación de un nuevo Legislativo, tenga como agrupación política favorita a aquella que se encargó de envilecer con creces el periodo parlamentario irregular 2016-2019.

Una lectura sensata de las cifras que hace de público conocimiento la encuestadora Ipsos, es la apatía general de la población por los ‘partidos’ políticos existentes, si es que se pueden llamar partidos; así los revelan el 43.1% de ciudadanos que el día domingo votarían en blanco o viciado.

Por desgracia ese descontento no bastaría para dar por nulas las próximas elecciones, lo que traería como consecuencia un nuevo Legislativo que no dudamos goce de legalidad, pero de legitimidad a lo mucho un ápice.

Curioso detalle el hecho que el partido Acción Popular lidere las encuestas en comento, más aún cuando recordamos su penoso accionar en lo que duró el periodo parlamentario que nos antecede, prácticamente se constituyó en aliado indiscutible de la coalición fujiaprista, con sus contadas excepciones. De a pocos, ha logrado resurgir como el ave fénix, lástima que a la hora de la verdad no llegue ni a gallinazo.

Por lo que respecta al Partido Morado, veremos finalmente si las redes sociales hacen lo suyo y logran determinar de modo infalible el voto vacilante del elector peruano. Del reciente escándalo que rodea a su líder –que no me cabe duda que en los hechos se jura coach– solo me corresponde reprochar la conducta cobarde del susodicho, al preferir salvaguardar su imagen pública antes que la propia vida de una de sus más devotas militantes. Resultó todo un innombrable el señor Guzmán. Asquito ya me daba por otras razones, ahora lo considero una persona completamente abominable. Por fin comprendo en toda su posibilidad el sabio refrán que declara que de buenas intenciones está hecho el infierno.

Entre tanto, luego de revisar a consciencia las estadísticas en cuestión, creemos que la solución para la elección de un Parlamento intachable, no pasa por los mecanismos tradicionales que la actual Constitución –de origen golpista– nos fuerza a aplicar. Debemos como país soberano repensar nuestras formas de ejercer el poder, sin calco ni copia como lo sugería el amauta.

Como cada elección que nos damos de porrazo, probablemente no seas tú peruanito/a, sino la democracia burguesa que viene fracasando desde sus orígenes, pero de ello poco o nada de cuenta nos hemos dado. Desde esta humilde columna te invitamos a soñar el Perú que queremos, materializarlo no es cosa del otro mundo. Ahora nos toca bregar por una nueva Constituyente.

_____________________________________

[1] Incluso cuando discrepamos sobre la constitucionalidad del cierre del Congreso por parte del presidente Martín Vizcarra, el Tribunal Constitucional (máximo intérprete de la Constitución Política del Estado), por MAYORÍA ha dado la razón al Ejecutivo, considerando que efectivamente hubo una negación fáctica de la cuestión de confianza, y en función a dicha lógica ha resuelto que la disolución del Legislativo ha sido constitucional.



Escrito por

Kely Idrogo Estela

Soy un pájaro feliz / entre vastos árboles de letras.


Publicado en