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fuente: artelista.com

ELECCIONES CONGRESALES 2020: SORPRESAS Y DESENGAÑOS

Publicado: 2020-01-30

Luego de celebradas las elecciones congresales complementarias, no podemos disimular nuestra sorpresa por los polémicos resultados que dejan al país con más interrogantes que conciertos, y es que el ascenso silencioso de los partidos políticos Unión por el Perú, pero sobre todo FREPAP, es blanco de una serie de conjeturas, que si bien las hay para todos los gustos, preferimos dar tribuna a las más sensatas. 

El fenómeno acontecido el día domingo merece especial atención, particularmente por aquellos que nos definimos como militantes de izquierda; en principio para reflexionar sobre las causas que impiden a la población votante empatar sus expectativas ciudadanas con las propuestas que ofertan los partidos de tendencia izquierdista; y como punto y aparte, ir considerando a la unidad como posibilidad cercana, capaz de revertir –en la medida de nuestros desapegos, y concesiones– el actual estado de cosas.

Ahora bien, los recientes resultados permiten observar una marcada tendencia de rechazo a los partidos tradicionales, que se han visto de alguna manera vinculados con la constructora Odebrecht, y claro encubrir deliberadamente aportaciones millonarias –en la mayoría de casos– no puede traer más que el abandono por parte de aquellos sectores, que en algún momento los llevaron al poder.

El voto castigo logra evidenciarse en los nueve partidos que lograron superar la valla electoral del 5%. A la luz de los resultados, un voto disperso, cuya consigna principal ha sido: “cualquiera menos el fujiaprismo”, por ello también el rechazo al partido del señor Castañeda Lossio, que llevaba como cabezas de lista a tres cuestionadas exparlamentarias, que fueron voz y voto resaltante dentro de la bancada de Fuerza Popular, del Congreso disuelto.

Si bien es cierto, la popularidad del etnocacerista Antauro Humala no es ninguna sorpresa para muchos, que así lo reconocen; no obstante, sí resulta insólito que el partido, vientre de alquiler, que lo inscribió como candidato con el número uno por Lima, pese a la condena en su contra, lograse obtener por lo menos diecisiete curules en el nuevo Congreso. De momento, la segunda fuerza parlamentaria, solo superada –y no por mucho– por la bancada de Acción Popular.

Toda una hazaña lo logrado por UPP, sin embargo las propuestas que le permitieron el ansiado triunfo, deben ser revisadas con detenimiento. Si bien muchas de ellas gozan de tener acogida entre los sectores populares, lo cierto es que en el supuesto de que llegasen a concretarse, no habría forma –por donde se lo vea– de que mejorasen en algo al país.

Por otro lado, luego de dar lectura a las propuestas que levantó el FREPAP, en esta campaña, logro entender –con lógica más fría– una de las principales razones que hizo que el partido cuyo símbolo es el pescado alcance al menos dieciséis escaños.

El retroceso de la izquierda por su parte, en este proceso eleccionario, entre otras razones, obedece a su afán de participar dividida en cuatro o cinco partidos, por lo menos. Los resultados han sido desastrosos, logrando pasar la valla únicamente el Frente Amplio, que esperemos no termine seccionado en dos bancadas como ya viene siendo su costumbre.

Pero, y ahora sí la pregunta de rigor: ¿por qué el centro, y la derecha sí, y la izquierda no, pese a que todas estas tendencias participaron fraccionadas?

Si algo me queda claro de estas elecciones, es que la izquierda que nos representó en el Parlamento ya disuelto, no logró capitalizar las problemáticas más urgentes denunciadas hasta el hartazgo por las mayorías peruanas. Asimismo, no veo en qué le ha beneficiado al Nuevo Perú comportarse como una segunda bancada oficialista, por el contrario le ha servido para desnudar su falsa moral, lo que como movimiento le ha hecho venirse en menos. Es que claro, no hacerle el juego al fujiaprismo, tampoco significa transigir con el gobierno en cada una de sus iniciativas, tolerando incluso aquellas con marcado sesgo antipueblo. Pero tal parece que eso no se aprende en los talleres dictados por las ONGs. Lástima, de alguna forma habrán tenido que aprender la lección.

Lo preocupante del asunto, es que sí existan grupos políticos, capaces de movilizar a la población votante por agendas mucho más urgentes para el país –que distan notablemente de aquellas planteadas por nuestros miopes legisladores autodefinidos como izquierda–, no obstante el costo es bastante alto, tomando en consideración aquello que representan estas organizaciones.

Veamos, mientras nuestra izquierda parlamentaria se ha preocupado en priorizar agendas de corte liberal, y en la reciente campaña sus respectivos partidos y alianzas han llevado entre sus propuestas, iniciativas engendradas desde el Ejecutivo, como la continuación con la reforma política, judicial, etc., los hermanos del FREPAP, –dos pasos adelante– han apostado por propuestas devenidas del mismo sentir ciudadano, tales como la reducción de la jornada laboral, la libre desafiliación de las AFPs, así como nuevas pautas en favor de las MYPES, entre otras.

Unión por el Perú en cambio no ha vacilado en suscribir como propuestas, parte de las habituales declaraciones que de vez en vez sostiene el líder etnocacerista, Antauro Humala; por lo que podrán imaginar lo jalado de los pelos que han resultado las postulaciones del partido que ha llevado a la uve como símbolo, no obstante el arrasador apoyo que ha obtenido de nuestros pueblos del sur. Sin embargo, no todas las propuestas levantadas por este partido reposan en lo descabellado, al menos así parece cuando hace como suyo el llamado por una nueva Constitución, asimismo la restitución del debate sobre la posibilidad de retornar a la bicameralidad, asunto pendiente para nuestro nuevo Legislativo, así como el apoyo a la universalización del seguro de salud.

Las propuestas del FREPAP, tanto como de UPP que hemos citado, son demandas populares que debió capitalizar la izquierda institucional. No así, pareciera que prefiere despercudirse de todo aquello que semeje pueblo, para uniformizar un poco más con el discurso enarbolado por el oficialismo. Pero ni de qué sorprendernos, es lo típico en la izquierda reformista, que no armoniza con el auténtico sentir de los sectores populares.

Lo preocupante del partido UPP, al margen de lo descrito, es su razonamiento neofascista como solución a los problemas que nos aquejan como sociedad, y sin embargo son cada vez más pocos los peruanos que se percatan que en este caso el antídoto resulta peor que la enfermedad. Es inaceptable que en estos tiempos resurjan ideas disparatadas que apelen a la superioridad de ciertas “razas”, más aún contando con el escalofriante precedente histórico de lo que significó el nazismo. En los siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, Mariátegui –con la genialidad inobjetable que lo ha caracterizado– alertaba que no es una cuestión de razas, sino de clases. A ojo de buen cubero, muchos peruanos han perdido el norte.

El FREPAP por otro lado, que constituye el movimiento político de la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal, mejor conocidos como “israelitas”, tiene un trasfondo religioso fundamentalista, con una concepción precaria de lo que a libertades se refiere, por lo que es bastante probable que sea una piedra en el zapato al momento que el Legislativo retome las agendas liberales pendientes.

Aun así, considerando el periodo atípico de este nuevo Congreso, a la izquierda peruana le corresponde reflexionar seriamente sobre su talón de Aquiles –su vocación divisionista, propiamente– y voltear la página en la brevedad de las actuales condiciones, con miras a construir la más amplia unidad, la que se traduce en el frente único por el que apostaba el amauta, cuando categóricamente refería: "Somos todavía pocos para dividirnos. No hagamos cuestión de etiquetas ni de títulos". Responsabilidad titánica, y sobre todo desprendida para los liderazgos de agrupaciones y colectivos progresistas. Dejándome llevar por mi particular escepticismo diría que una tarea casi utópica. Y sin embargo, por allí estaría la solución para que la izquierda en el país trascienda la marginalidad.


Escrito por

Kely Idrogo Estela

Soy un pájaro feliz / entre vastos árboles de letras.


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