No cabe duda que en nuestro país, la emergencia por el Covid-19 ha elevado en creces el nivel de ansiedad de la gran mayoría de la población, y es que claro una cuarentena no es fácil de sobrellevar, más aún si tomamos en consideración que cerca de dos millones de familias peruanas viven en condiciones de hacinamiento. Asimismo, poco menos de un tercio total de la población no cuenta con acceso a agua segura, ni desagüe. Cifras lamentables, que en casi treinta años de neoliberalismo en lugar de verse revertidas se han potenciado. 

La región Cajamarca, con más de un centenar de contagiados en lo que va de la fecha, y con dos decesos lamentables, mantiene una tasa relativamente baja de contagio, en parangón con otras regiones de nuestro país. Actualmente, la principal preocupación de los cajamarquinos ha virado del temor natural a la pandemia, al miedo por la inacción de las autoridades, frente a la crisis sanitaria, económica y humanitaria que vienen afrontando día a día nuestros paisanos.

Pero claro, cómo no podríamos estar profundamente preocupados, si estamos en el puesto diecinueve en ejecución de gasto de los recursos destinados para contrarrestar el Covid-19. Sí, en el puesto diecinueve de veinticinco departamentos del país, con una ejecución de tan solo el 15.9% del total del monto asignado. Por supuesto que la incapacidad de gasto por parte de la actual gestión del Gobierno Regional de Cajamarca no es ninguna novedad, ya las estadísticas del año 2019 nos daban claras luces –en lo que respecta a este rubro– del panorama poco alentador que se tendría en adelante.

En la provincia de Santa Cruz, por ejemplo, donde se cuentan a la fecha veinticinco los infectados por el virus del Covid-19, entre ellos un fallecido, segunda provincia –además– con mayor contagio en la región, solo después de Cajamarca, específicamente en el distrito de Chancaybaños, el personal de salud con carencias en material sanitario y de protección, se ha visto en la penosa necesidad de elaborar sus propios protectores faciales, a base de materiales reciclados, mientras tanto el presupuesto destinado a proveer de estos dispositivos prioritarios tanto a los hospitales como centros de salud de la región, bien gracias durmiendo el sueño de los justos.

Por su parte, la máxima autoridad regional en lugar de liderar el plan de contingencia enfocado en la prevención y paliación de los riesgos vinculados a la propagación del virus, ha preferido protagonizar un acalorado escándalo de ataques personales en contra del desafortunado periodista que le recordó cuáles eran sus deberes para con la población que lo ha elegido, sobre todo en circunstancias tan excepcionales como la que nos ocupa.

La conducta del Sr. Mesías Guevara, merece el total rechazo de los cajamarquinos, quienes no lo hemos elegido para verlo batallar cual gallito de pelea frente a quien le comunica un reclamo justificado, más aún en momentos tan críticos como el que estamos atravesando. Por el contrario, la ciudadanía cajamarquina le ha dado el voto de confianza para que trabaje por el desarrollo de la región, para que proponga soluciones, más ahora que tanto se necesitan. No para que destile soberbia en cada oportunidad que se le presenta, como lamentablemente viene siendo su costumbre.

Pero por si fuera poco, no contento con el bochornoso espectáculo que dio frente a cámaras, ahora también se lo identifica como el principal enemigo de nuestros paisanos varados en otras partes del país, y es que en lugar de facilitar los traslados humanitarios de los cajamarquinos a sus zonas de procedencia, ha encabezado una ola satanizadora en contra de éstos, haciéndolos ver cual zombies que vienen a exterminar a los locales.

Al Sr. gobernador no le quita el sueño el hambre de los miles de cajamarquinos que migraron en busca de mejores oportunidades, y quienes ahora a causa del estado de emergencia, se encuentran desprovistos de trabajo, salarios, alimentos, incluso vivienda; tampoco han llegado a calificar en ningún bono del gobierno, teniendo como única alternativa de supervivencia el retorno a sus hogares de origen.

La autoridad regional en lugar de coordinar con el cuerpo técnico del gobierno las medidas de traslado ordenado de nuestros coterráneos, bajo los protocolos sanitarios ya dispuestos para tal fin, opta erróneamente por responsabilizar a éstos –con tufo indolente, dicho sea de paso– de un futuro colapso del sistema de salud, dando a entender que la respuesta adoptada por parte del gobierno regional de Cajamarca frente a los estragos del Covid-19, es sumamente endeble. Al parecer, el Sr. Mesías pretende lavarse las manos cual Pilatos una vez más, solo que en esta ocasión al más puro estilo del perro del hortelano.

Sr. Guevara, no está como gobernador para dar exhibiciones de bravuconería, ni mucho menos para verter lamentaciones por desgracias que ni siquiera han ocurrido. Se lo ha elegido para dar ejemplo de liderazgo, de compromiso, y sobre todo de trabajo indesmayable por Cajamarca, lo que implica velar por todos y cada uno de los cajamarquinos, independientemente de si se encuentran dentro o fuera del territorio regional.